4 de febrero de 2008

La polarización en Colombia

Miles de colombianos marcharon contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia FARC. Y es cierto que acciones de esta fuerza guerrillera producen horror y que nada tienen que ver con el ideario y las razones que les dio origen. ¿En que se diferencia la foto de los secuestrados con las de Guantánamo? ¿Marchar contra las FARC? Sí, porque condenamos sus acciones que denigran al ser humano, pero ¿Por qué se ha sido benevolente con los paramilitares? ¿Qué decir de sus masacres? La marcha debió ser contra cualquier barbarie y quienes la ejercen.
En aras de la deseada paz, se está aprovechando el sentir del pueblo colombiano. Premeditadamente gobierno, políticos y medi0s de comunicación están soslayando otros actores armados que nacieron de la mano del ejército y el narcotráfico; están dejando de lado esa subcultura y formas de aceptación, de una manera de actuar y pensar del narcotráfico y los paramilitares que poco a poco se imponen como formas de pensamiento, prácticas cotidianas y comportamientos. ¿No es un peligro para la convivencia y los caminos democráticos??
La marcha no fue apolítica, el gobierno intervino en forma activa y los medios la pusieron en escena manejando los símbolos y el rechazo del pueblo a la violencia, y esta actitud no ayuda al proceso de reconciliación por el que clama Colombia.
Es cierto que la marcha debilita políticamente a unos pero fortalece a otros. ¿A quienes? Si los criterios no están claros para todos los que marchan, pueden asistir muchos sin que sepan hacia dónde van. Acaso Hitler no invocó la patria? ¿Acaso no llenó plazas?
La marcha como se realizó polariza aún más al pueblo colombiano y legitima la guerra y actuación de un bando; la polarización no contribuye a la búsqueda de un intercambio humanitario que exigen sectores políticos, sociales y las familias de los secuestrados (que no participaron en la marcha).
La información sobre la marcha no expresó la suficiente pluralidad que reflejara la presencia de voces discordantes con el sentido que finalmente fue convocada.
Si el deseo es copiar las marchas que en España se realizan contra ETA, es conveniente hacerlo contextualizando porque existen profundas diferencias, además, permítanme un ligero detalle: Allá, los gobernantes participan pero no se toman la tribuna.
La intención pudo ser noble, pero no olvidemos que la buena voluntad no es suficiente cuando existen diferentes actores armados, cuando rondan los intereses políticos, los deseos de reelección, un enfrentamiento verbal con el presidente de Venezuela y una necesidad de humo para la firma del Tratado de Libre Comercio.
Marchas sí pero que contribuyan a la búsqueda de una salida negociada, para una reconciliación, para allanar el camino hacia la paz, pero no una paz a cualquier precio, una paz con perdón pero sin olvido, una paz cuyo centro sea la justicia en el más profundo sentido de la palabra, si, con justicia pero sin mofarse del sentido común y la dignidad de quienes han sufrido los estragos de la guerra.