8 de mayo de 2006

Apellidos de la Rebelión

Te envio la primer colaboración mexicana para ser publicada en el blog. En esta ocasión se trata de un cuento. Un cuento que hizo el grupo de Danza Azteca Malinalli, que radica en la ciudad de Veracruz.
Ellos danzan frente al malecón de Veracruz, son amigos y gente que está luchando por un cambio alternativo, lejos de políticos, con uñas, corazones y mentes están reconquistando espacios, limpiando y rehabilitando esquinas de su ciudad para el arte, y la transmisión de conocimientos y cultura.
Ellos mismo están haciendo algo por la vida de su país. En este cuento narran de cómo le pusieron apellidos a la rebelión.


Con muchísimo respeto nos dirigimos a ustedes para contarles de cómo fue que le pusimos apellidos a la Rebelión. O dicho de otra manera, para contarles de cómo es que nosotros llevamos nuestro trabajo de lucha acá donde estamos.

Creemos que éste trabajo nosotros lo vamos a hacer así pues así nos lo dijo nuestro pensamiento y nuestra emoción. Y se los contamos a ustedes para compartirlo, y no para querer imponerlo a nadie pues sabemos que cada quien lleva sus trabajos a su propia manera, los lleva como cada quien los piensa y como cada quien los emociona.

Con el permiso entonces de la voluntad de todos ustedes, les contamos lo siguiente.

Hubo un día, el primero, que fue muy caluroso, de ésos días cuando todo arde, que se nació con el fuego una idea en nuestro corazón, así como de por sí con el fuego se nacen las cosas. Ese día, ésta idea quiso que le pusiéramos un nombre porque nombrándola –nos dijo- sentía que no se iba a perder. Un nombre para no perderse.

Y entonces nosotros, pues que nos ponemos a pensarnos y a dialogarnos, y cuando nos pensamos y nos dialogamos decidimos ir a caminar los cuatro rumbos y consultar a los guardianes de cada uno de ellos para saber cuál debería ser el nombre de la idea que en nuestros corazones había nacido.

Encaminamos así nuestro paso primero hasta el oriente, rumbo por donde nace nuestro padre Sol todos los días. Caminamos mucho y a lo lejos miramos el color blanco, que anuncia la llegada del primer guardián, la Serpiente Preciosa, la que mucho sabe.

Y la escuchamos su consejo. Agradecimos su respuesta, nos obsequió sus plumas, y con Plumas partimos hacia el poniente, rumbo de la renovación. Mucho caminamos y caminamos. La mujer guió nuestro paso hasta que el color rojo nos anunció la llegada de la segundo guardián, la que cambia el color de su piel. Y la escuchamos su consejo.

Agradecimos su respuesta y con nueva roja piel partimos hacia el norte, rumbo de la eterna transformación. Mucho fue el camino de vientos, que razgan como filos de obsidiana, que tuvimos que pasar, hasta que el color negro nos anunció la llegada del tercer guardián, el Espejo Humeante. Y lo escuchamos su consejo. Agradecimos su respuesta y nos hizo que nuestra Memoria brillara, y con ella partimos hacia el sur, rumbo del movimiento de cada 52 años.

También fueron muchos los trabajos para llegar hasta acá. Cuando a lo lejos volvimos a mirar, pero ahora el color azul, que es el color que anuncia la llegada del cuarto guardián, el Colibrí Zurdo. Y lo escuchamos su consejo.

Agradecimos su respuesta y nos entregó la Voluntad, y con ella, contento nuestro corazón, terminábamos nuestro largo andar por los cuatro rumbos de la Tierra.

Y entonces al fin teníamos el consejo y la respuesta de los cuatro rumbos y sus guardianes que nos dijeron que el nombre que debería llevar nuestra idea, era el nombre de Rebelión.

Esta idea que se llama Rebelión se dio cuenta otro día, el segundo, un día que el señor Viento sopló y sopló con toda mucha su fuerza, que entre más la nombrábamos menos se perdía, y como que más real y chula se ponía. Así es que nos pidió a nuestros corazones nuestros que la nombráramos y la nombráramos para que no se perdiera jamás y se pudiera hacer cada vez más real y real, y cada vez más chula rete chula.

Así es que la nombramos y la nombramos hasta que vimos cómo la idea que se llama Rebelión, de veras que dejaba de perderse y se hacía realidad, y de veras que se ponía harto bonita. Como que la Rebelión dejaba su traje de idea y se ponía su vestido de realidad.

En otro día, el tercero, que era muy lluvioso y el agua andaba por todas partes, Rebelión nos pidió un favor. Nos dijo que buscáramos otros corazones y que les enseñáramos a pronunciar su nombre, y así lo hicimos. Les enseñamos a muchos otros corazones a decir el nombre de la idea que era Rebelión.

Y nos dimos cuenta que sí aprendían, pero que cada corazón decía el nombre a su manera. A su modo. Unos la nombraban en agudos, otros en graves y hasta en esdrújulas.

Otros más le ponían colores y la mencionaban en negro, en rojo, en amarillo, en blanco, azul o morado. Y vimos que así estaba bien porque entonces la Rebelión tenía muchos sonidos y muchos colores para nombrarse. Y así nos anduvimos.

Y otro día, el cuarto, un día que la Madrecita Tierra se movió para un tantito acomodarse porque ya estaba un poco cansada, la Rebelión, que en nuestro corazón era roja, nos dijo que quería dos apellidos para acabarla de nombrar, como de por sí se nombran a las personas de muchos lugares, como en el lugar que es México por ejemplo.

Que quería dos apellidos para no sentirse que nada mas era Rebelión y ya, porque la gente y los corazones nuevos que la fueran conociendo le iban a preguntar que Rebelión qué, ¿Rebelión y qué más?, Y pues ella no quería ser Rebelión a secas, y quería poder contestar como la gente y los corazones contestan de por sí. Entonces así con sus dos apellidos se iba a poner muy contenta.

Nos dijo que nombrando su nombre completo acabaría ya de hacerse toda verdadera y toda muy hermosa, como el quetzal. Entonces nos preguntamos que qué íbamos a hacer con ésta tareita que la señora Rebelión nos había dejado.

Y pensamos y pensamos y nada, no salía nada. Hasta que uno que entre nosotros anda dijo que por qué no íbamos a un lugar donde pudiéramos pensar y sentir mejor para encontrarle sus apellidos a Rebelión. Pero qué lugar, preguntamos. Y tomando aire abrió unos ojotes, separó sus labios y en un suspiro con voz queda dijo: “...junto a la mar”. Nos dijo que junto a la mar íbamos a encontrar lo que buscábamos. Y así lo hicimos, nos fuimos junto a la mar.

Cuando estábamos ahí, nosotros creímos que entonces sólo teníamos que poner nuestros oídos bien atentos para escuchar a la mar y ya, para que nos dijera los apellidos de la señora Rebelión. Y entonces que nos sentamos junto a unas piedras porque pues ahí es en donde la mar se escucha más. Y que nos ponemos a escuchar y escuchar y nada, nada que la mar nos decía los apellidos. De repente un pelícano rojo dejó caer su vuelo sobre la ola.

Voló muy pegadito pegadito pero no se mojaba. Cuando lo perdimos de vista, justo la ola chocó con las piedras y entonces la mar habló. Habló pero no nos dijo los apellidos, nos dijo otra cosa. Nos dijo que si queríamos saber los apellidos de Rebelión, teníamos que danzar. ¡Orale! pero si nosotros no sabíamos nada de danzar, pero le dijimos a la mar, y nos dijimos a nosotros nuestro cuerpo, que no importaba, que aprenderíamos a danzar para poder nombrar completa a Rebelión. Y así lo hicimos, aprendimos a danzar.

Y como supimos que la mar nos dijo del secreto de danzar, pues ahora siempre danzamos junto a ella, así como a manera de decirle que muchas gracias por decirnos el secreto. Cada que nos ponemos a danzar le decimos gracias y le pedimos que nos ayude a danzar.

Con la danza aprendimos a cantar, a tocar los instrumentos de la música, a curar y a respetar. Y así cantábamos canciones floridas, curábamos nuestras mentes y nuestros cuerpos, y respetábamos y hablábamos con el cosmos. Tocábamos el tambor mayor, el abuelo tambor que se llama Huehuetl, y que ahora suena junto a otros tambores como tambor de la rebelión.

Tocábamos el tambor menor, el tamborcito de madera que es horizontal, que se llama Teponachtli. Tocábamos el caracol y las flautitas, las atlapizalli. Y siempre todo esto lo hacíamos Cerca y Junto del fueguito sagrado, que es aquél mismo fuego viejo que inició las cosas y que nos hizo nacer una idea en nuestros corazones. Al fueguito le guardamos mucho respeto y también lo vemos y lo escuchamos. Y dos de las mujeres que entre nosotros andan, lo portan.

Y así pasó mucho tiempo, pasaron muchísimos años cantando y danzando junto a la mar, hasta que un día, que es el quinto, que es un día que está por venir pero que ya está al mismo tiempo entre nosotros, y que es un día de luz, iluminado, como cuando por la mañana amanece muy clarito en el horizonte después de una larga y oscura noche, la mar por fin nos dijo los apellidos de la señora Rebelión. Sus apellidos serían: política y espiritual.

Su nombre completo era pues, Rebelión Política Espiritual.

Y entonces nos pusimos demasiado contentos, pero también muy preocupados porque cuando supimos los apellidos nos dimos cuenta que iba a estar bien requete difícil decir el nombre completo de Rebelión. Por que sentíamos que cuando lo dijéramos nadie iba a escuchar, ni siquiera aquéllos que antes nos habían escuchado, y que nos iban a tirar de a locos.

Sentíamos que nadie iba a querer decir su nombre completo de Rebelión, aunque había algunos muchos, y muy buenos, que decían su nombre de Rebelión pero sólo con el primer apellido, el paterno, porque éste apellido paterno aunque a veces se olvidaba, a veces no se olvidaba y se nombraba.

En cambio el apellido materno casi siempre se olvidó. A la gente se le olvidó decir el segundo apellido de Rebelión, pues en el paso del tiempo de las invasiones, cuando nuestro Sol se ocultó, a éste apellido materno lo quemaron y lo hicieron borrar de la memoria de la gente, y sólo unos poquitos no se lo borraron de su memoria porque se lo escondieron en silencio y sólo lo decían a sus hijas y a sus hijos en quedito.

Pero a pesar de todo esto, supimos que los apellido estaban bien, al menos para nosotros, y que aunque nos tiraran de a locos o aunque nos quisieran quemar, nosotros no íbamos a dejar de pronunciar el nombre completo de Rebelión.

Nos dijimos que ésa era nuestra convicción, nuestra creencia de nuestro pensamiento y de nuestro corazón, y así lo hicimos, estamos diciendo su nombre completo de Rebelión. Y también dijimos que si algunos corazones nos escuchaban y nos creían nuestra palabra pues que estaba bien, pero que si algunos otros nos escuchaban nuestra palabra y no nos creían, que también estaba bien, pues lo importante era escucharnos nuestra palabra de todos.

Y también sabíamos que muchos corazones, así como nosotros, le habían encontrado sus apellidos a Rebelión a su modo, haciendo otras cosas, hablándose con la montaña, el cielo, las flores o el arroyo, y que eso era también valioso y respetable. Y hasta dijimos que también podíamos aprender del modo de otros de cómo encontrarle apellido a las cosas.

Así es que desde entonces, desde aquél día quinto, que es el del amanecer, y por éstos lugares de acá, que son los de junto a la mar del oriente, habemos algunos que decimos el nombre de la señora Rebelión con sus apellidos, una y otra vez hacia todos los rumbos del universo.... “....ándele señora Rebelión Política Espiritual, pase usted, bienvenida a su Casa....”

Muy largos fueron éstos cinco días y muchas cosas las que nos han pasado, y que ahora les contamos.

Siempre nos acordamos de todos ésos días y contamos siempre todo lo que ha pasado para que no se olvide.

Siempre nos acordamos de aquél primer día, el muy caluroso, cuando fue que se nació con el fuego una idea que nos pidió un nombre. Y de cómo fue que recorrimos andando los cuatro rumbos para hablar con los guardianes que mucho nos escucharon y mucho escuchamos. Que mucho nos obsequiaron para saber que el nombre de ésa idea es Rebelión.

Del segundo día, cuando mucho viento sopló y sopló, que fue cuando nombramos y nombramos a Rebelión hasta que su vestido fue realidad y se puso hermosa como el Quetzal. Del tercero que fue cuando hubo agua por todos lados, y Rebelión nos pidió el favor de enseñar a otros corazones a pronunciar su nombre. Y nos dimos cuenta que el nombre lo mencionaban con sonidos y en colores muy distintos. Del cuarto, que fue cuando la tierra se movió tantito porque estaba cansada, y que fue cuando la mar nos dijo de danzar para poder conocer los apellidos de Rebelión.

Y del quinto día, que es el que viene pero ya está entre nosotros, que es el de después de la larga noche, que es cuando con la danza la mar nos dijo el nombre completo de Rebelión. Y que nos dijo de cómo hacemos para nombrarla con su nombre completo, aunque muchos nos tiren de a locos y no nos crean, o no lo quieran creer, o nos quemen.

Durante éste quinto día haremos a nuestro modo, respetando y aprendiendo de otros modos. Haremos el camino con el nombre de Rebelión completo. Lo haremos con sus dos apellidos, a manera de como si fueran dos pies, un pie que es político y otro que es espiritual porque creemos que con un solo pie no podríamos llegar lejos y nuestro camino es harto largo.

Creemos que un pie debe ir acompañando al otro. A veces uno primero, a veces el otro, como de por sí así es. O a veces los dos al mismo tiempo para cuando queramos parar o saltar.

Sabemos que un pie, el político, es la ciencia y la razón. Y que el otro pié, el espiritual, es la magia y la emoción. Creemos que usando los dos se anda bien y contento. Uno se da fuerza al otro.
Así es que nosotros andaremos escuchando con respeto, cómo es que otros corazones dicen otros apellidos que tengan por nombre Rebelión, pero también nos andaremos hablando entre nosotros y entre los que vienen después de nosotros el nombre de Rebelión Política Espiritual. Así enseñaremos a nuestros hijos y a los hijos de nuestros hijos pues.

Diremos que es política porque la política es ciencia y es razón que son necesarias para conducirla convivencia entre los seres humanos todos. La política que conlleva ciencia y razón sabe dar orden y movimiento al mundo. Orden para que todos tengan un lugar para Estar. Y movimiento para que todos tengan un tiempo para Ser. Por eso creemos que la Rebelión debe ser política.

Y también diremos que es espiritual porque lo espiritual es magia y emoción que son necesarias para armonizar nuestro ser con los seres vivos y no vivos. Para resonar armónicamente con el cosmos todo. Lo espiritual que conlleva magia y emoción devela el misterio. Alimenta el asombro. Sabe dar aliento al corazón y a la Voluntad humana.
Nuestros abuelitos y abuelitas de muy antes nos explicaban que a la Voluntad, en su lengua materna, se le decía Huitzilopochtli, que es el Colibrí Zurdo, guardián del Sur. Nos decían “....fortalece tu Huitzilopochtli, cuídalo, y que sea él quien guíe tu camino....pues con él podrás Ver, Sentir y Soñar todos los mundos posibles sin que nadie ni nada quede fuera, con él podrás andar en todas las realidades simultaneas posibles sin que pierdas tu origen, sin que pierdas tu raíz.... ”. Por eso creemos que la Rebelión también debe ser espiritual.

Hasta aquí nuestra palabra que se dirige a ustedes, corazones rebeldes de las montañas del sureste mexicano y del mundo.

Desde junto a la mar del oriente mexicano,
Grupo de danza azteca Malinalli Ce Acatl

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